Como es de esperar, la relación entre los seguros de vida y las personas con diabetes siempre está cambiando. A las compañías de seguros les gusta calcular las probabilidades que tiene la persona de morir en un período determinado y le cobran (o no la admiten) de acuerdo con esas expectativas. Muchas compañías siguen basando sus cálculos en estadísticas de la expectativa de vida de los diabéticos, que datan de 1980 o antes. Según esas estadísticas, era obvio que las personas diabéticas iban a morir primero que sus amigos no diabéticos. Así las cosas, el costo del seguro de vida es más alto para las personas con diabetes que para quienes no padecen de esta enfermedad.
Cuando se hagan nuevos estudios, estos indicarán que la expectativa de vida de los diabéticos y de los que no son diabéticos se está emparejando. En algunos casos las personas con diabetes, que se cuidan mejor que las personas que no padecen una enfermedad crónica, viven aún más. De modo que la situación está mejorando, y tarde o temprano las aseguradoras se darán cuenta. ¿Se imagina lo sorprendente que sería que las compañías de seguros cobraran a los diabéticos, debido a sus hábitos saludables, menos que a otras personas?
Utilizando la Internet, puede hallar y comparar rápidamente el costo de los seguros que ofrecen las distintas compañías, de acuerdo con su edad, sus hábitos (si fuma, pagará una fortuna), y la presencia de padecimientos como diabetes, presión arterial alta y colesterol alto. Entré a uno de esos sitios en la Internet e indagué cuál era la forma más popular de seguro de vida temporal con prima constante: el seguro por 20 años. Según ese sitio, padecer de diabetes encarece considerablemente las primas. Por supuesto, el costo de una póliza de vida depende de circunstancias específicas como, por ejemplo, a qué edad usted compra el seguro.