Es necesario evaluar la función intelectual de un adulto mayor con diabetes, teniendo en cuenta que para controlar la enfermedad se necesita un nivel razonablemente elevado de funcionamiento mental. El paciente tiene que seguir una dieta para diabéticos, administrarse los medicamentos apropiadamente y medirse el nivel de glucosa en la sangre. Varios estudios han demostrado que los adultos mayores con diabetes presentan una incidencia más elevada de demencia (pérdida de funcionamiento mental) y enfermedad de Alzheimer que las personas que no son diabéticas, lo cual les dificulta mucho más realizar esas tareas.
El paciente puede someterse a pruebas de capacidad cognitiva para determinar su nivel de funcionamiento intelectual. Estas pruebas indican si el paciente es autosuficiente o si necesita ayuda. Muchos adultos mayores que viven solos, sin ayuda alguna, realmente necesitarían vivir en un lugar donde reciban asistencia o, incluso, en un hogar de ancianos.