Muchos de mis pacientes me preguntan si existe una cura para la diabetes. Aún no existe una cura, pero el futuro se vislumbra muy prometedor. Hasta ahora los médicos no cuentan con un dispositivo portátil que pueda medir el nivel de glucosa en la sangre y suministrar la dosis adecuada de insulina. De todas formas ese equipo no sería muy útil para las personas que toman medicamentos orales. Por lo tanto, usted debe usar su cerebro para hacer el cálculo que su páncreas haría automáticamente si pudiera. El cálculo, por supuesto, consiste en determinar cuánta medicina necesita de acuerdo con su nivel de glucosa en la sangre. Sin embargo, para llegar a la cifra correcta es imprescindible saber cuál es su nivel de glucosa. Ahí es donde el monitoreo entra en acción.
Usted necesita uno de los medidores que describo en el Capítulo 7. Si padece de diabetes tipo 1 tiene que medirse el nivel de glucosa por lo menos antes de cada comida y al acostarse. Si tiene diabetes tipo 2 puede limitarse a un par de pruebas al día e incluso menos, si se encuentra estable.
En el Capítulo 10 explico lo que debe hacer de acuerdo con los resultados de las pruebas. Si usted o su médico están familiarizados con las computadoras, le recomiendo un medidor que permita descargar los resultados en la computadora. Es importante fijarse en las tendencias de comportamiento de la glucosa, y la computadora facilita esa labor. En una sola pantalla puede ver decenas de pruebas a la vez, en lugar de revisar página por página de la libreta donde anotó las lecturas.
Sin embargo, recuerde que el nivel de glucosa en la sangre sólo refleja un momento en el tiempo. Lo que necesita saber es si mantiene el control las 24 horas del día. Ahí es donde la hemoglobina A1c desempeña un papel clave. Su médico debe ordenar esta prueba por lo menos cada cuatro meses si usted se encuentra estable, y cada tres meses si no lo está. Si el resultado se acerca al nivel normal, no tiene que preocuparse por las complicaciones a largo plazo (vea el Capítulo 5), y probablemente tampoco sufrirá complicaciones a corto plazo (vea el Capítulo 4).
Incluso si los resultados de la hemoglobina A1c se acercan a lo normal, es importante que se someta a chequeos médicos para detectar cualquier señal de complicaciones. Eso significa hacerse exámenes periódicos de la vista, de sangre y de orina, para detectar si hay daño renal, y pruebas periódicas para medir la sensación en los pies. Su médico debe indicarle estos exámenes según un cronograma. Si no lo hace así, recuérdeselos.
Hay magníficos tratamientos para cada complicación diabética, y mientras más pronto los inicie, menos probable es que la complicación tenga consecuencias graves. La supervisión y las pruebas rutinarias permiten descubrir el problema lo antes posible.