Esta persona tiene uno de los papeles más importantes en su cuidado. Como la mayor parte de la diabetes es de tipo 2, que se empeora considerablemente con la obesidad, un buen dietista puede ayudarle a controlar el nivel de glucosa en la sangre, indicándole los alimentos y las cantidades adecuados, con lo que le será más fácil bajar de peso. El dietista también puede explicarle qué alimentos pertenecen a cuál fuente de energía: carbohidratos, proteínas y grasas. (Vea el Capítulo 8 para más detalles sobre la dieta).
Los pacientes con diabetes tipo 1 deben saber cómo los alimentos interactúan con la insulina. El dietista puede enseñarle a contar los carbohidratos, para que usted aprenda a calcular cuánta insulina debe administrarse de acuerdo con lo que come. (Vea el Capítulo 10 para más detalles sobre el conteo de carbohidratos).
Un buen dietista es como un espejo, que le muestra no sólo lo que come sino también la forma en que come. ¿Cuándo consume la mayor parte de sus calorías? ¿De dónde provienen? Todas las comidas típicas se pueden ajustar para que disfrute los alimentos que siempre le han gustado, sin salirse de los límites de una dieta para diabéticos. Un buen dietista es la mejor fuente para esta clase de información.
El dietista también puede explicarle lo que significa en realidad una porción de comida. Esta demostración es reveladora en la mayoría de los casos. Probablemente descubra que ha estado comiendo porciones mucho mayores de lo aconsejable. Pero si bien es cierto que los diabéticos deben ser cuidadosos con su dieta, en el Apéndice A encontrará recetas estilo gourmet que demuestran cómo en cada cultura se preparan comidas deliciosas que son apropiadas para personas con diabetes. Para más información sobre este importante tema, vea mi libro Diabetes Cookbook For Dummies (Wiley).
Asegúrese de que su dietista tenga un punto de vista flexible con respecto a los alimentos. Aunque hay varias reglas sobre el origen de las calorías que se pueden consumir, dichas reglas conceden un gran margen. La dieta que le recomiende su dietista debe tomar en cuenta las preferencias de usted, sin obviar que la cantidad de carbohidratos, proteínas y grasas necesarios varía según la persona. Un dietista que se limita a darle una dieta impresa y le dice: «Sígala», no lo está ayudando.