Gran parte de este capítulo está dedicada a los medicamentos que reducen el nivel de glucosa en la sangre, pero la diabetes no sólo involucra un nivel elevado de glucosa en la sangre. Los diabéticos tienen en muchos casos alta presión arterial y un alto nivel de colesterol, y son más susceptibles a contraer influenza o neumonía. Es importante considerar este hecho en el control general de su enfermedad.
Si tiene presión arterial alta (Vea el Capítulo 7), posiblemente unos cambios en su modo de vida, entre ellos bajar de peso y aumentar la actividad física, sea todo lo que necesita para controlar el problema. Pero si los cambios en el modo de vida no funcionan, hay numerosos medicamentos para controlar la presión arterial. Vea mi libro High Blood Pressure For Dummies (Wiley), donde abordo todo lo relacionado con este tema. El control de la presión arterial es tan importante como controlar la glucosa en la sangre para evitar complicaciones diabéticas.
La mayoría de los diabéticos también tienen niveles elevados de colesterol LDL o «malo» (vea el Capítulo 7). Hay medicamentos excelentes para controlar este problema si los cambios en el modo de vida no bastan. En el libro Controlling Cholesterol For Dummies (Wiley), de Carol Ann Rinzler y Martin W. Graf, encontrará las respuestas a sus preguntas sobre este tema. El control del colesterol es otra piedra angular de un cuidado excelente de la salud. Un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine en marzo del 2004 indica que en el caso del colesterol LDL, cuanto más bajo, mejor. Hable con su médico sobre este particular.
Los diabéticos, especialmente los que tienen un control deficiente de la glucosa, reaccionan peor que otras personas a la influenza o la neumonía. Hay vacunas excelentes para estas enfermedades. La vacuna contra la influenza se debe poner todos los años, mientras que la vacuna contra la neumonía se administra una vez si la persona tiene más de 65 años y recibió una vacuna hace más de cinco años.
Por último, se ha demostrado que la aspirina reduce los trastornos y la muerte ocasionados por la enfermedad de la arteria coronaria (que comento en el Capítulo 5). Como la enfermedad de la arteria coronaria es una característica tan marcada de la diabetes, muchos médicos recomiendan que todos los pacientes diabéticos tomen una tableta de aspirina al día. Para reducir el riesgo de ataque cardiaco, los diabéticos necesitan una dosis mayor que la dosis habitual de una aspirina para bebés; quizá sea necesaria una píldora para adultos.