Tiazolidinedionas (las glitazonas)

Este es el primer grupo de medicamentos para la diabetes que revierte directamente la resistencia a la insulina.

Troglitazona

La troglitazona, nombre comercial: Rezulin (llamada Prelay fuera de los Estados Unidos), fue el primer agente oral para la diabetes tipo 2 que revirtió realmente la lesión básica en esta enfermedad, es decir, la resistencia a la insulina. Lo consigue causando cambios en las células musculares y adiposas donde reside la resistencia a la insulina. Estos cambios tardan varias semanas en ocurrir, y si el paciente deja de tomar la troglitazona, cesan al cabo de varias semanas.

En marzo del 2000, debido a varios incidentes de enfermedad grave del hígado que provocaron la muerte de un pequeño número de pacientes que tomaban troglitazona, la FDA sacó el fármaco del mercado. Las otras glitazonas que se encuentran a la venta —rosiglitazona y pioglitazona— no han tenido este problema, aunque la FDA requiere que se supervise la función hepática del paciente cuando se usan estos medicamentos por primera vez.

Rosiglitazona

La rosiglitazona fue la segunda tiazolidinediona aprobada por la FDA. GlaxoSmithKline la comercializa con el nombre de Avandia. Las características de la rosiglitazona son:

Viene en tabletas de 2, 4 y 8 mg.

Las tabletas se toman con alimentos o sin alimentos una vez al día.

La dosis inicial recomendada es de 4 mg, y la dosis máxima recomendada es de 8 mg. Los incrementos en la dosis sólo se deben hacer cada dos a cuatro semanas. La rosiglitazona puede tardar tres meses o más para alcanzar su efecto máximo.

Como mejora la resistencia a la insulina, este fármaco tiene su mayor efecto en el nivel de glucosa en la sangre después de comer, en vez de por la mañana.

La rosiglitazona es un medicamento excelente cuando se usa con la metformina o una sulfonilurea (ambas descritas anteriormente en este capítulo) en un paciente con un control deficiente de la glucosa. A menudo hace falta reducir la dosificación de la sulfonilurea al cabo de un tiempo debido a la incidencia de hipoglucemia.

La rosiglitazona no causa hipoglucemia cuando se utiliza sola, pero sí podría hacerlo cuando se combina con insulina o sulfonilurea.

Si la rosiglitazona se administra a un paciente que está tomando sulfonilurea o metformina, dichos fármacos no se pueden suspender inmediatamente, pues la rosiglitazona tarda mucho para comenzar a funcionar.

La rosiglitazona conserva la insulina, es decir, que el organismo no tiene que producir tanta insulina para controlar la glucosa en la sangre cuando se administra este fármaco.

El medicamento se elimina del cuerpo casi completamente a través de los intestinos, de manera que no hay que ajustar la dosis si los riñones tienen un funcionamiento deficiente.

La rosiglitazona puede ser muy útil para controlar el nivel de glucosa en la sangre. Hasta ahora, el fallo secundario (cuando el fármaco funciona inicialmente pero deja de actuar más adelante) no parece ser un problema. Una ventaja importante es que sólo hay que tomar la rosiglitazona una vez al día, lo que es una gran ventaja pues resuelve en parte uno de los mayores problemas con todas las medicinas: cumplir con las indicaciones.

No obstante, la rosiglitazona sí tiene varios problemas:

Aunque no se ha demostrado que la rosiglitazona cause daños hepáticos severos, la FDA requiere que se haga un análisis del hígado antes de empezar el tratamiento, cada dos meses durante el primer año, y periódicamente en lo adelante. Si en la prueba específica del hígado llamada ALT, el límite superior se encuentra más de tres veces por encima de lo normal, hay que suspender el medicamento. Hasta ahora, no he tenido ese problema al administrar este fármaco a varios centenares de pacientes.

La rosiglitazona causa retención de agua e inflamación de los tobillos, sobre todo en las personas de más edad. Esto, para algunos pacientes es difícil de tolerar. Hay casos en que se suspende el medicamento por esa razón. La retención de agua también puede ocasionar una ligera disminución de la cantidad de glóbulos rojos, llamada anemia. Las personas con insuficiencia cardiaca no deben usar el medicamento.

No lo deben usar las embarazadas ni las lactantes.

Se ha hallado que la rosiglitazona tiene efectos inesperados en las mujeres en edad reproductiva, específicamente casos de embarazo no planificado debido a un incremento de la fertilidad. Muchas mujeres con diabetes tipo 2 presentan problemas de fertilidad debido a la resistencia a la insulina. Cuando estas mujeres toman rosiglitazona, es posible que la fertilidad mejore y queden embarazadas.

En mi experiencia profesional he hallado que la rosiglitazona es un tratamiento muy efectivo para la diabetes tipo 2. Utilizo la rosiglitazona como tratamiento inicial en todos los casos de pacientes con diabetes tipo 2 que no consiguen controlar la enfermedad con la dieta y el ejercicio, y cuyo nivel de glucosa en la sangre permanece entre ligeramente moderado y moderado. También añado la rosiglitazona al tratamiento de los pacientes que ya toman metformina o una sulfonilurea, con el propósito de mejorar el control de la diabetes.

Pioglitazona

La pioglitazona, fabricada por Eli Lilly y Takeda en los Estados Unidos, fue la tercera tiazolidinediona en salir al mercado. El nombre comercial es Actos, y sus propiedades son las mismas que las de la rosiglitazona, aunque con las siguientes diferencias:

La dosis inicial es de 15 mg una vez al día, con alimentos o sin alimentos, pero la mayoría de los pacientes necesitan 30 o incluso 45 mg. Viene en esas tres dosis.

Además de devolver la fertilidad en algunas mujeres que son infértiles debido a la resistencia a la insulina, la pioglitazona reduce los niveles de estrógeno en las mujeres que toman estrógeno, y puede dar lugar a que un contraceptivo hormonal, como la Píldora o Depo-Provera, sea menos efectivo.

Se ha demostrado que la pioglitazona reduce las partículas de colesterol malo (LDL) tanto en personas diabéticas como no diabéticas (como se dio a conocer en la revista Diabetes Care de septiembre del 2003).

Está autorizada para usarla sola, con insulina, con metformina, o con una sulfonilurea.