La persona que padece de diabetes tipo 1 necesita insulina para controlar el nivel de glucosa en la sangre. Ni él ni ella tienen el lujo de contar con un «termostato» que automáticamente se apaga durante los ejercicios y se vuelve a encender cuando termina la sesión. Después de inyectarse insulina, el efecto de esta permanece activo hasta que el organismo la consume completamente.
Quienes padecen de diabetes tipo 1 tienen que evitar excederse en la cantidad de insulina que se administran antes de hacer ejercicios, pues esto podría provocarles hipoglucemia. También tienen que evitar inyectarse muy poca insulina, pues como resultado podrían presentar un episodio de hiperglucemia. Si el organismo no cuenta con suficiente insulina, comienza a utilizar las grasas como fuente de energía. La glucosa se eleva porque no se está metabolizando, pero el organismo sigue produciéndola. Si el ejercicio es muy intenso en un momento en que no hay suficiente insulina, la glucosa en la sangre puede llegar a un nivel extremadamente alto.
Disminuir la dosis de insulina antes del ejercicio ayuda a prevenir la hipoglucemia. Un estudio entre pacientes diabéticos demostró que una reducción del 80 por ciento de la dosis de insulina permitió que los participantes hicieran ejercicio durante tres horas. Sin embargo, con una reducción del 50 por ciento de la dosis de insulina, los participantes tuvieron que interrumpir la sesión de ejercicios después de 90 minutos, debido a la hipoglucemia. La situación de cada individuo diabético es distinta, y usted mismo debe determinar cuánto puede reducir la insulina si se mide la glucosa en la sangre antes, durante y después de los ejercicios.
Otra forma de evitar la hipoglucemia, por su puesto, es ingerir carbohidratos (vea el Capítulo 8). Usted necesita tener cierta cantidad de carbohidratos (que elevan rápidamente la glucosa) en su organismo mientras hace ejercicios.
Además, el punto donde se inyecta la insulina es importante porque determina la rapidez con que esta comenzará a hacer efecto. Si va a correr y se inyecta la insulina en la pierna, la insulina entrará en efecto más rápidamente que si se pone la inyección en el brazo.
Programe los ejercicios para una hora en que sabe que podrá mantenerse fiel a estos. Si le gusta levantarse tarde y planifica su sesión de ejercicios para las 5:30 a. m., es muy probable que no sea constante. La mejor hora para hacer ejercicios es entre 60 a 90 minutos después de comer, pues en ese momento la glucosa está en su nivel más alto, aportándole las calorías que necesita. Si hace ejercicios a esa hora, evitará la usual elevación del nivel de glucosa en la sangre posterior al ejercicio, y quemará las calorías que consumió.