El alcohol es una sustancia química que aunque tiene calorías, no posee ningún valor nutricional. Sin embargo, se ha demostrado que una cantidad moderada de alcohol (una o dos copas de vino al día) podría reducir el riesgo de sufrir un ataque cardiaco. Fíjese que me refiero al alcohol como una sustancia química. Esto se debe a que el alcohol a menudo se consume excesivamente, por lo que causa daños significativos al organismo. El alcohol daña al hígado y puede provocar sangramientos y muerte.
Este libro no es el lugar donde discutir los aspectos sociales relacionados con el uso del alcohol. Es suficiente con decir que el exceso de alcohol destruye vidas y familias. En esta sección deseo explicar el papel que desempeña el alcohol en la vida de la persona diabética.
Como el alcohol tiene calorías, si usted toma alguna bebida alcohólica, debe contar esas calorías como parte de su dieta. El grado de alcohol es el porcentaje de alcohol en una onza de una bebida multiplicado por 2. Un vino que tenga 12,5 por ciento de alcohol tiene 25 grados. Por lo general la cerveza tiene 12 grados de alcohol. Los licores a menudo tienen 80 grados de alcohol. Para determinar la cantidad de calorías que aportan las bebidas, utilice la siguiente fórmula:
Calorías = 0,8 × grado de alcohol de la bebida × cantidad de onzas
Por ejemplo, en el caso de una lata de cerveza de 12 onzas, la fórmula sería 0,8 × 12 × 12, para un total de 115 kilocalorías.
Si estamos hablando de dos copas de vino de 6 onzas cada una, la fórmula sería 0,8 × 25 × 12, para un total de 240 kilocalorías.
Como puede ver, el alcohol añade una buena cantidad de calorías a la dieta. Tal vez se esté preguntando por qué no hay más alcohólicos con sobrepeso. La respuesta es que el alcohol se convierte en el componente fundamental de la dieta de esas personas, por lo que desarrollan enfermedades consuntivas relacionadas con el consumo inadecuado de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
Además de su aporte calórico, el alcohol tiene otras repercusiones en la diabetes. Cuando se toma solo puede provocar un descenso de la glucosa en la sangre debido a que incrementa la actividad insulínica sin que los alimentos puedan compensarla. Algunos alcohólicos, aun cuando no padecen de diabetes, se van a dormir después de tomar varios tragos y amanecen inconscientes a causa de un descenso del nivel de glucosa. Estas personas corren riesgo de sufrir daño cerebral, a no ser que su organismo pueda producir suficiente glucosa para que salgan del estado de inconsciencia.
Si va a tomar un par de copas de vino o de otra bebida alcohólica, no olvide acompañarlas con algún alimento.