¿Cómo se hace la prueba?

Si todavía no tiene un medidor del nivel de glucosa en la sangre, no deje de revisar la siguiente sección. Todos los medidores requieren una gota de sangre, casi siempre del dedo (vea el recuadro «Usando una lanceta»). La sangre se coloca en una parte específica de una tira de prueba y se espera el tiempo suficiente, generalmente entre cinco segundos y un minuto, para que ocurra una reacción. Algunas tiras le permiten agregar más sangre en 30 segundos si la cantidad es insuficiente. En menos de un minuto, el medidor lee el producto de esa reacción, que se determina por la cantidad de glucosa en la muestra de sangre.

Recuerde los siguientes consejos cuando se haga la prueba de la glucosa:

Si le resulta difícil obtener la gota de sangre, colóquese una banda de goma en el punto donde el dedo se une a la mano. El flujo de sangre lo sorprenderá. Quítese la banda de goma antes de que ocurra una gran hemorragia (no se preocupe, es una broma).

Usar sangre de otras partes del cuerpo para hacerse una prueba por lo general da resultados confiables, excepto una hora después de comer o inmediatamente después de hacer ejercicios.

Algunos medidores usan sangre total, y otros la parte líquida de la sangre, llamada plasma. En el laboratorio, la prueba de glucosa la hacen con el plasma. El valor de la sangre total es un 12 por ciento menor que el valor del plasma, así que es importante saber cuál se está midiendo. Las diversas recomendaciones para niveles apropiados de glucosa son valores del plasma a menos que se indique específicamente otra cosa. La mayoría de los medidores más nuevos están calibrados para dar lecturas del plasma, pero revise el suyo para estar seguro.

Los estudios han demostrado que las tiras de prueba que se guardan sueltas dentro de un frasco se deterioran rápidamente si el frasco se deja abierto. No olvide cerrar el frasco. Dos horas en contacto con el aire son suficientes para arruinar las tiras. Las tiras que vienen envueltas individualmente no tienen este problema.

No deje que otros usen su medidor. Los resultados de sus pruebas se mezclarán con los de las suyas cuando se descarguen en una computadora. Además, invariablemente siempre queda algo de sangre en el medidor, lo que puede ser una fuente de infección.