Hacerle frente a los problemas sexuales en la mujer

Como las mujeres no tienen un pene que deba agrandarse durante el coito, la disfunción sexual en ellas no es tan evidente a simple vista como en los hombres. Sin embargo, el problema es igualmente difícil de tratar. Los siguientes trastornos tienen que ver con la diabetes:

Resequedad en la boca y la vagina, provocada por el elevado nivel de glucosa en la sangre.

La menstruación se vuelve irregular cuando la diabetes está descontrolada.

Infecciones vaginales provocadas por hongos que hacen que el coito se vuelva desagradable.

Teniendo en cuenta que la diabetes tipo 2 muchas veces coincide con la obesidad, es probable que usted se sienta gorda y poco atractiva.

Tal vez le resulte desagradable conversar sobre este problema con su pareja o con su médico.

Puede presentar incontinencia urinaria provocada por una vejiga neurogénica (vea el Capítulo 5).

A causa de la edad, usted puede presentar una disminución en la secreción de estrógenos, así como adelgazamiento y resequedad de la vagina.

La menopausia puede ocasionar varios de los trastornos que también se presentan en la disfunción sexual inducida por la diabetes, especialmente la resequedad de la vagina y menstruaciones irregulares. Antes de dar por sentado que la diabetes es la causa del problema, asegúrese de que no se trata de los efectos de la menopausia.

Las mujeres que padecen de diabetes desde hace tiempo presentan otros problemas específicamente relacionados con sus órganos sexuales. Entre estos problemas se encuentran:

Lubricación reducida a causa de problemas de los nervios parasimpáticos: La lubricación facilita la entrada del pene, y también incrementa la sensibilidad de la vagina, con lo que aumenta la sensación de placer.

Menor flujo sanguíneo provocado por enfermedad diabética de los vasos sanguíneos: Parte de la lubricación proviene de líquidos que se encuentran dentro de los vasos sanguíneos.

Pérdida de sensación en la piel que rodea a la vagina: Esto disminuye el placer.

La mayoría de las mujeres que tienen problemas con la lubricación vaginal utilizan medicamentos sin receta. Estos medicamentos se agrupan en tres clases:

Lubricantes basados en agua, como la gelatina K-Y o In Pursuit of Passion, que son probablemente los más fáciles de aplicar y de limpiar

Lubricantes basados en aceite, tales como los aceites vegetales

Lubricantes basados en petróleo, que no son recomendables por la posibilidad de contraer infecciones bacterianas

Los estrógenos, que pueden administrarse por vía oral o como supositorios vaginales, también pueden ayudar a la mujer en la etapa de la menopausia.

Cuando existen problemas psicológicos o de relaciones entre la pareja, consultar a un psicoterapeuta, tomar antidepresivos —algunos pueden producir resequedad de la vagina— y la terapia sexual con su pareja son pasos importantes para mejorar el placer sexual.

Y como mismo ocurre con cada uno de los problemas de la diabetes que menciono en este libro, el control estricto de la glucosa en la sangre evita o retrasa el desarrollo de estas complicaciones.