En las tres últimas décadas, la cifra de muertes a causa de enfermedades cardiacas ha disminuido notablemente, gracias a la gran variedad de tratamientos nuevos, así como a mejores dietas. Sin embargo, el enorme incremento en el número de pacientes de diabetes tipo 2 pronosticado para las próximas décadas podría revertir esta tendencia. En esta sección, aprenderá sobre los problemas específicos que la diabetes ocasiona en el corazón.
Enfermedad de la arteria coronaria es el término empleado para referirse al cierre progresivo de las arterias que suministran sangre al músculo cardiaco. Cuando una o varias arterias se cierran por completo, el resultado es un ataque cardiaco (infarto del miocardio). En la diabetes, la incidencia de enfermedad de la arteria coronaria (EAC) se incrementa incluso en pacientes jóvenes con diabetes tipo 1. La duración de la diabetes es lo que da lugar a la EAC en los pacientes con diabetes tipo 1. No hay diferencia en la forma en que la EAC afecta a los hombres o a las mujeres.
La diabetes tipo 2 es distinta. La EAC es la causa más común de muerte en los pacientes del tipo 2. Las mujeres corren un riesgo mayor que los hombres de padecer de EAC. Muchos otros factores de riesgo dan lugar a la EAC en los pacientes de tipo 2, entre ellos:
✔ Incremento de la producción de insulina debido a la resistencia a la insulina.
✔ Obesidad.
✔ Adiposidad central, que se refiere a la distribución de la grasa mayormente en la zona de la cintura.
✔ Hipertensión (presión arterial alta).
✔ Trastornos en las grasas de la sangre, especialmente una reducción del HDL y un incremento de los triglicéridos. Las grasas anómalas pueden persistir aun cuando la glucosa está controlada. Las personas que no tienen diabetes pero sí tolerancia alterada a la glucosa pueden mostrar las mismas anomalías.
Los diabéticos presentan mayor incidencia de EAC que los no diabéticos. Cuando se comparan radiografías de los vasos sanguíneos del corazón, los diabéticos tienen más arterias afectadas que quienes no padecen esta enfermedad.
El riesgo de muerte a causa de un infarto del miocardio es mucho mayor en las personas con diabetes. Más de la mitad de los diabéticos muere de infarto del miocardio. Los individuos no diabéticos que sufren infarto del miocardio, fallecen en el 15 por ciento de los casos, en comparación con el 40 por ciento de muertes entre los diabéticos. El índice de muerte es aún mayor entre los diabéticos que controlan mal su nivel de glucosa en la sangre. Las personas que no cuidan bien su nivel de glucosa en la sangre también presentan más complicaciones después de un infarto del miocardio, como shock e insuficiencia cardiaca, que una persona que no tiene diabetes. Una vez que tiene lugar el ataque cardiaco, las perspectivas son mucho peores para los diabéticos. Un segundo ataque ocurre en el 50 por ciento de los casos (25 por ciento entre los no diabéticos), y la tasa de muerte en cinco años es de 80 por ciento frente al 25 por ciento en los no diabéticos.
Las expectativas no son halagüeñas para el diabético que padece de enfermedad de la arteria coronaria. El tratamiento es el mismo tanto para los diabéticos como para los no diabéticos. Se puede emplear la terapia para disolver el coágulo de sangre que está obstruyendo la arteria coronaria, pero el diabético no responde a la angioplastia —la técnica en la que se coloca un tubo en la arteria para limpiarla y abrirla— como las personas no diabéticas. En el caso de la cirugía para desviar la obstrucción (llamada cirugía de desvío coronario), los diabéticos responden igual que quienes no padecen de diabetes, pero las posibilidades de que el injerto se mantenga abierto a largo plazo no son tan prometedoras para las personas con diabetes.
En las siguientes secciones me refiero a tres complicaciones del corazón relacionadas con la diabetes.