Enfermedad renal

Los riñones permiten que el organismo deseche numerosas sustancias químicas nocivas y otros compuestos producidos en el proceso normal del metabolismo. Los riñones funcionan como un filtro por el que pasa la sangre, que atrapa los desechos y los expulsa en la orina, mientras que el contenido normal de la sangre regresa al torrente sanguíneo. Además, regulan el contenido de sal y de agua en su cuerpo. Cuando la enfermedad del riñón (también conocida como nefropatía) causa un fallo renal, el paciente necesita valerse de un medio artificial, llamado diálisis, para purificar la sangre y controlar la sal y el agua, o recibir un riñón en buen estado, es decir, un trasplante.

En los Estados Unidos, hoy en día la mitad de los pacientes que necesitan diálisis a largo plazo es a causa de la diabetes. Afortunadamente, el número de este tipo de pacientes está disminuyendo debido a que cada vez hay más personas conscientes de que deben controlar el nivel de glucosa en la sangre.

Aunque la incidencia de enfermedad renal es sólo del 5 por ciento entre las personas con diabetes tipo 2, frente al 30 por ciento entre las personas con diabetes tipo 1, la cifra absoluta de pacientes con enfermedad renal es aproximadamente la misma en ambos grupos debido a que la diabetes tipo 2 es mucho más común que la tipo 1.