Los médicos no saben con certeza cuál es la razón precisa del desarrollo de las complicaciones diabéticas a largo plazo. Tienen numerosas teorías, muchas de ellas basadas en hallazgos en animales y en seres humanos. Con excepción de los trastornos cardiacos, en la mayor parte de las complicaciones a largo plazo —como enfermedad renal, de los ojos y del sistema nervioso— los médicos creen que un elevado nivel de glucosa en la sangre durante varios años desencadena las complicaciones. (En el caso de la enfermedad cardiaca, un alto nivel de glucosa en la sangre puede empeorar la enfermedad o complicarla más, pero no causarla). La mayoría de las complicaciones a largo plazo requieren diez años o más para desarrollarse, lo que parece un período largo, hasta que uno recuerda que muchas personas con diabetes tipo 2 tienen la enfermedad por cinco años o más antes de que un médico la diagnostique.
Muchas veces la complicación a largo plazo en sí (y no el nivel alto de glucosa en la sangre) es la pista que lleva al médico a diagnosticar la diabetes. Por lo tanto, inmediatamente después del diagnóstico, los médicos deben tratar de detectar complicaciones a largo plazo, porque probablemente el paciente lleva años padeciendo de diabetes y de alguna complicación a largo plazo. Teniendo en cuenta la posibilidad de que algunas complicaciones a largo plazo ya estén presentes, el médico también debe dar pasos de forma inmediata para controlar el nivel de glucosa del paciente diabético.