Prevenir la diabetes tipo 2

Los médicos pueden pronosticar la diabetes tipo 2 años antes de su diagnóstico si estudian a los familiares cercanos de las personas que ya tienen el padecimiento. Este período de alerta temprana ofrece suficiente tiempo para probar técnicas de prevención primaria (que explico en la sección «Prevenir la diabetes tipo 1», en este capítulo). Después de que los médicos descubren que el nivel de glucosa en la sangre de una persona es alto, y le diagnostican diabetes tipo 2, complicaciones tales como enfermedades de la visión y de los riñones (vea el Capítulo 5) generalmente toman diez o más años para desarrollarse en esa persona. Durante ese período los médicos pueden aplicar técnicas de prevención secundaria (los distintos tratamientos a los que me refiero en la Parte III).

Debido a que tantas personas padecen de diabetes tipo 2, los médicos han podido realizar numerosos estudios encaminados a determinar los factores ambientales más importantes que convierten una predisposición genética a la diabetes tipo 2 en un padecimiento clínico. Los siguientes son los principales factores ambientales:

Elevado índice de masa corporal: El índice de masa corporal (IMC) es la forma que tienen los médicos para analizar el peso en relación con la estatura. El IMC es un mejor indicador de un peso saludable que el peso por sí solo, porque un individuo que pesa 150 libras y mide 62 pulgadas está pasado de peso, mientras que si pesa 150 libras y mide 70 pulgadas, está delgado.

Usted puede calcular fácilmente su IMC a partir de la siguiente fórmula: multiplique su peso (en libras) × 705, entonces divida el resultado por su estatura (en pulgadas). Divida ese resultado por su estatura (en pulgadas) nuevamente. Si utiliza el sistema métrico, divida su peso en kilogramos por su estatura en metros, y divida ese resultado por su estatura en metros, nuevamente. Utilizando esta fórmula, la persona de 150 libras y 62 pulgadas de estatura tiene un IMC de 27,5, mientras que una persona que mide 70 pulgadas y pesa 150 libras tiene un IMC de 21,6. El resultado se expresa en kilogramos por metro cuadrado (kg/m2).

De acuerdo con los estándares en vigor, una persona con un IMC entre 25 y 29,9 está pasada de peso, y una persona con un IMC de 30 o superior es obesa. Un IMC entre 20 y 25 es considerado normal.

Muchos estudios confirman la enorme importancia del nivel de IMC para determinar quién desarrolla la diabetes. Un amplio estudio que se realizó entre miles de enfermeras en los Estados Unidos demostró que las enfermeras con un IMC superior a 35 padecían de diabetes casi 100 veces más que las enfermeras con un IMC inferior a 22. Incluso entre las mujeres delgadas que participaron en este estudio, aquellas con más alto IMC dentro de la categoría de delgadas, presentaron tres veces más prevalencia de diabetes en comparación con aquellas con un IMC inferior. Otro amplio estudio llevado a cabo entre médicos en los Estados Unidos, encontró la misma relación entre el IMC elevado y los altos niveles de incidencia de diabetes tipo 2. Ese mismo estudio también demostró que la cantidad de tiempo que se prolonga la obesidad es importante; los participantes que eran obesos desde hacía diez años presentaron mayor incidencia de diabetes que aquellos que se volvieron obesos más recientemente.

Inactividad física: La inactividad física está muy relacionada con la diabetes, como se evidencia en muchos estudios. Quienes fueron atletas tienen menor incidencia de diabetes que quienes no lo fueron. En el mismo estudio realizado entre enfermeras, que mencioné en el punto anterior, se demostró que las mujeres que regularmente se mantenían activas presentaban diabetes solamente 2/3 de las veces, en comparación con las sedentarias. Un estudio llevado a cabo en Hawái, que no incluyó a ninguna persona obesa, mostró que la incidencia de diabetes era mayor en los individuos que no practicaban ejercicios.

Distribución central de la grasa: Cuando los diabéticos engordan, tienden a distribuir el peso extra en forma de grasa centralmente distribuida, también conocida como grasa visceral. Usted determina su grasa visceral cuando se mide la cintura, porque este tipo de grasa se acumula alrededor de la parte central de su cuerpo. Por lo tanto, una persona con grasa visceral tiene una forma más parecida a una manzana que a una pera. La grasa visceral probablemente es también el tipo de grasa que más fácilmente aparece y desaparece, y es relativamente fácil de perder cuando usted sigue una dieta. La grasa visceral parece causar más resistencia a la insulina que la grasa almacenada en otras áreas, y también está relacionada con la incidencia de enfermedades de las arterias coronarias. Si usted tiene mucha grasa visceral, con perder solamente entre 5 y 10 por ciento de su peso podría reducir significativamente sus probabilidades de padecer de diabetes o sufrir un infarto cardiaco.

Si usted tiene 40 años o menos y su cintura mide 39,5 pulgadas (100 centímetros) o más, o si usted está entre los 40 y los 60 y su cintura mide 35,5 pulgadas (90 centímetros) o más, tiene un riesgo significativamente elevado de sufrir un infarto cardiaco.

Los asiáticos tienden a desarrollar grasa visceral aun cuando pesen menos que una persona no asiática; por lo tanto, tienen más tendencia a padecer de diabetes tipo 2 con un peso más bajo. Los indios de origen asiático son especialmente susceptibles a desarrollar diabetes hasta 10 años antes que los chinos y los japoneses.

Bajo consumo de fibra dietética: Las poblaciones con alta prevalencia de diabetes por lo general tienen una dieta con bajo contenido de fibra. La fibra dietética parece tener propiedades que protegen de la diabetes, porque reduce la velocidad con que la glucosa entra al torrente sanguíneo.

Si usted detecta cualquiera de los factores anteriores en su organismo o en su estilo de vida, entonces puede modificarlos a tiempo para evitar la diabetes. La diabetes tipo 2 le da tiempo al individuo con alto riesgo de padecerla o la persona ya diagnosticada para que trate de prevenir o controlar la enfermedad. En la Parte III, muestro maneras específicas de reducir su peso, incrementar su actividad física, mejorar su dieta y evitar o revertir la diabetes y las complicaciones diabéticas.