Usted no ve a su páncreas a menudo, pero siempre tiene noticias de él. El páncreas tiene dos funciones fundamentales. Una es producir enzimas digestivas, que son sustancias químicas presentes en el intestino delgado, que ayudan a descomponer los alimentos. Las enzimas digestivas no tienen mucho que ver con la diabetes, así que no voy a dedicar mucho tiempo a hablar de ellas. La otra función del páncreas es producir y secretar directamente en la sangre una hormona muy importante, la insulina.
La Figura 3-1 muestra el aspecto microscópico del páncreas. Las células productoras de insulina del páncreas (células B o células beta) se encuentran en grupos llamados Islotes de Langerhans. Otras células presentes en los Islotes de Langerhans son las células A, que producen glucagón (una hormona que es muy importante para las personas que padecen de diabetes, pues aumenta el nivel de glucosa en la sangre cuando este se hace muy bajo), y las células D, que producen somatostatina (una hormona que bloquea la secreción de otras hormonas pero que no se usa en el tratamiento de la diabetes porque causa que se eleve la azúcar en la sangre y un incremento de cetonas a partir de bloquear también la insulina).
Si hay una hormona en su organismo que usted debe conocer bien, esa es la insulina (especialmente si quiere comprender la diabetes). A lo largo de su vida, la insulina que su organismo produce o la insulina que usted inyecta en su organismo (como lo describo en el Capítulo 10) influye en que usted controle o no su diabetes, y evita las complicaciones del padecimiento.
Piense en la insulina como un corredor de seguros que vive en San Francisco (que es su páncreas) pero que para hacer su trabajo viaja a Seattle (sus músculos), Denver (su tejido adiposo), Los Ángeles (su hígado), y otros lugares. Este corredor de seguros de la insulina está asegurando su buena salud.
Adondequiera que la insulina viaje en su organismo, abre las células para que la glucosa pueda entrar a ellas. Después de que la glucosa entra, las células pueden utilizar la glucosa inmediatamente como fuente de energía, almacenarla en una forma de reserva de glucosa (llamada glucógeno) para luego usarla rápidamente, o convertirla en grasa para usarla aún más tarde como energía.
Después de que la glucosa sale de la sangre y entra en las células, su nivel de glucosa en la sangre baja. Su páncreas detecta que la glucosa está disminuyendo y detiene la secreción de insulina para evitar niveles nocivos bajos de glucosa en la sangre conocidos como hipoglucemia (vea el Capítulo 4). A la vez, el hígado comienza a liberar la glucosa almacenada y produce glucosa nueva a partir de los aminoácidos presentes en la sangre.
Si su corredor de seguros (la insulina, ¿recuerda?, ¡no pierda el hilo, por favor!) no aparece cuando usted lo necesita, (lo cual significa que usted no tiene insulina, como en la diabetes tipo 1) o si cuando se presenta no hace bien su trabajo (como cuando usted tiene resistencia a la insulina, en el caso de la diabetes tipo 2), su cobertura de seguros tal vez no sea muy buena (en cuyo caso, su nivel de glucosa en la sangre comienza a elevarse). El nivel elevado de glucosa en la sangre es el comienzo de todos sus problemas.
Los médicos han demostrado que el nivel elevado de glucosa en la sangre es nocivo para usted y que mantener la glucosa en la sangre tan normal como sea posible evita las complicaciones de la diabetes (a las que me refiero en la Parte II). La mayoría de los tratamientos para la diabetes se concentran en que el nivel de glucosa en la sangre vuelva a la normalidad.
Figura 3-1: El páncreas y sus partes