En la naturaleza hay muchos tipos diferentes de azúcares, pero la glucosa es el azúcar que tiene el papel protagonista en el organismo, pues es una fuente de energía instantánea para que los músculos se puedan mover y puedan tener lugar importantes reacciones químicas. El azúcar es un carbohidrato, una de las tres fuentes de energía en el organismo. Las otras fuentes son las proteínas y las grasas, a las que me refiero más detalladamente en el Capítulo 8.
El azúcar común o sucrosa, está compuesta por dos tipos de azúcares unidos: glucosa y fructosa. La fructosa es el tipo de azúcar que existe en las frutas y los vegetales. Es más dulce que la glucosa, lo que significa que la sucrosa también es más dulce que la glucosa. Su paladar necesita menos sucrosa o fructosa para percibir el mismo grado de dulzor que proporciona la glucosa.
La sed y la necesidad frecuente de orinar son los síntomas más conocidos de la diabetes, pero la diabetes mellitus no es la única enfermedad asociada con estos síntomas. Otra enfermedad en la que los líquidos se ingieren y se eliminan como un sifón se llama diabetes insípida. En este caso, la orina no es dulce. La diabetes insípida es una enfermedad completamente diferente, que no debe confundirse con la diabetes mellitus. La diabetes insípida ocurre cuando una hormona del cerebro conocida como hormona antidiurética está ausente en el organismo. Esta hormona normalmente ayuda a los riñones a impedir que el organismo pierda grandes cantidades de agua. El nombre diabetes es lo único que esta enfermedad tiene en común con la diabetes mellitus.