Tal vez usted teme que un tratamiento intensivo de insulina, que implica tres o cuatro inyecciones al día y pruebas frecuentes del nivel de glucosa en la sangre, le impedirán hacer las cosas que desea hacer y afectarán negativamente la calidad de su vida cotidiana. (Vea el Capítulo 10 para encontrar más información acerca de los tratamientos intensivos con insulina).
Un estudio reseñado en Diabetes Care, en noviembre de 1998, investigó si el esfuerzo y el tiempo adicionales que requieren esos tratamientos para la diabetes tenían un efecto adverso en la calidad de vida. El estudio comparó a personas con diabetes con personas que padecían de otros padecimientos crónicos, como trastornos gastrointestinales y hepatitis (infección en el hígado), y luego comparó todos esos grupos con un grupo de individuos que no tenía ningún padecimiento. El grupo diabético reportó mejor calidad de vida que los otros grupos con enfermedades crónicas. Los integrantes del grupo de personas diabéticas no se mostraron tan preocupados con los problemas prácticos relacionados con la diabetes (exámenes y tratamientos frecuentes que consumen tiempo, por ejemplo), como con los contratiempos sociales y psicológicos.