Los nombres que menciono en los párrafos anteriores son apenas unos cuantos ejemplos de todas las personas diabéticas que se han distinguido. Mi criterio es: La diabetes no le debe impedir hacer lo que usted quiere hacer con su vida. Usted debe seguir las reglas del buen cuidado de la diabetes, como se explica en los Capítulos del 7 al 12. Si sigue esas reglas, de hecho será más saludable que otras personas que no padecen de diabetes pero fuman, comen exageradamente y/o hacen poco ejercicio físico. Si usted respeta las reglas del buen cuidado de la diabetes, será tan saludable como una persona sin diabetes.
Tal vez todas esas personas diabéticas que se han destacado utilizaron esas mismas cualidades personales para vencer los retos de la enfermedad y brillar en sus respectivos campos. O tal vez padecer de diabetes los obligó a ser más fuertes, más perseverantes y, por consiguiente, más exitosos. En el Capítulo 15 me refiero a unas cuantas áreas (como pilotear un vuelo comercial) en las que ciertas personas diabéticas no pueden participar, debido al desconocimiento de algunos legisladores. Estas últimas trabas a la completa libertad de opción para quienes tienen diabetes, desaparecerán cuando usted demuestre que puede, de forma segura y competente, hacer cualquier cosa que una persona sin diabetes es capaz de hacer.