Llevo tanto tiempo soñando con este momento que ahora no me salen las palabras. Sentado frente a mi ordenador me viene a la cabeza la cantidad de veces que he escrito estos agradecimientos mentalmente.

Pero hoy es una realidad porque tú acabas de terminar mi primera novela y yo estaré en cualquier rincón de Madrid nervioso por saber si te ha gustado. Si es así, espero verte de nuevo en la segunda parte de De Madrid al Zielo, que estoy terminando en estos momentos.

Y dicho esto, empiezo por los agradecimientos tal y como siempre he querido hacerlo:

Ha sido un recorrido largo, tan largo que mi niño ha crecido al mismo tiempo que la novela. Ahora ambos tienen ya dos años y pico. Y cómo no podía ser de otra manera, mi primer agradecimiento es para ti, Iker. Tu llegada a este mundo fue tan esperada que jamás ningún padre se alegró tanto por el nacimiento de su hijo. Recuerdo tu cara cuando la enfermera te dejó en mis brazos, no parabas de llorar y tenías ese gorrito tan poco favorecedor. Tu madre, mientras, trataba de recuperarse de una dolorosa cesárea tras varias horas esperando a un anestesista que no llegaba.

Lorena, tú me has dado lo mejor de mi vida y sigues dándomelo cada día. El apoyo que he recibido por tu parte para seguir en mi empeño de convertirme en un escritor, tu apoyo para que no cayera ante una mala crítica, tu paciencia en mis largas horas nocturnas de escritura molestándote con la lucecita del portátil mientras dormías… Gracias, cariño.

A mis padres, por darme la vida. Mi madre siempre me ha dicho durante este trayecto que me «bajara de la nube», que no todo el mundo puede publicar una novela. ¿Veis como era cierto? ¡Lo conseguí, mamá!

A mis hermanas y hermano, Araceli, Loli y mi gemelo Javi. Siempre me habéis apoyado y animado a seguir adelante.

A mis cuñados, Pedro y Pablo, que también han leído la obra y me dieron sus puntos de vista.

A mis sobrinos Sergio, Eva, Rubén y Paula, por ser los niños más maravillosos del mundo, y sobre todo a Eva, por hacer de lector cero con la novela y darme ideas junto con Sergio para la segunda parte.

A mi tío Goyo por ser como un segundo padre para mí.

A mis suegros, Ana y José, por acogerme como a un hijo y por su apoyo incondicional.

Y por último, a toda mi familia de San Sebastián y de Madrid por ser los mejores.

Y después de mencionar a los míos, llega el turno de mis amigos y compañeros:

En primer lugar, quiero agradecer a Alejandro Castroguer su magnífico prólogo, con el cual da comienzo mi novela. Desde el primer momento ha seguido mi trayectoria y gracias a sus consejos pude mejorar el libro considerablemente. Un beso a Vanessa y Nora.

De igual manera, agradezco a Macu Marrero su molestia por leer el borrador de la novela y aportar cosas nuevas a la historia. Te mereces el éxito que estás teniendo, ¡pedazo de escritora!

Juan Antonio Román. Amigo, compañero y gran persona. Nuestra andadura en este mundo literario la hemos vivido prácticamente de la mano. Juntos hemos fundado la asociación ESMATER, la cual nació de la ilusión de dos jóvenes escritores que querían apostar por la literatura de terror nacional. Hoy, la asociación ya cuenta con más de treinta socios gracias al esfuerzo de sus miembros.

Y entre ellos destaco a José Javier Arce Cid, productor y cinéfilo sin remedio, y a Carolina Cristóbal Palacios, una artista de la fotografía y buena escritora y la persona que me inspiró para el personaje de Carolina en la novela.

Pero no me puedo olvidar de los demás socios: Laura Luna, Vlad Temper, Laura López Alfranca, Irene Comendador, Karol Scandiu, Javier Trescuadras, Daniel Expósito Zafra, Óscar Pascual Lidón, Chabi Angulo, Tania Álvarez Alcusón, Francisco Javier Camúñez «Selin», Isabel Pedrazuela, Ricardo Manzanaro Arana, Magnus Dagon, Jordi Llavoré, Dani Guti, Victoria Vílchez y José Ibarz González, Miguel Aguerralde, Joe Álamo, Laura López, David Ruiz, Voro Luzzy y AC Ojeda. (Que me perdonen los socios que por orden de llegada no aparezcan aquí…)

Mención especial a Carlos Sisí, por su forma de ser, humildad y honestidad. Por guiarme siempre hacia el buen camino y por escucharme cuando he necesitado consejo.

Fernando Martínez Gimeno, corrector de esta novela y una de las personas más respetadas en el mundo literario, tanto como corrector, como reseñista y lo que le echen encima. Ha sido un verdadero honor haber trabajado contigo.

Escritores como Ángel Villán «Skass», Manel Loureiro, David Mateo, Javier Herce, Víctor Blázquez, Juande Garduño y tantos otros que me han aportado grandes cosas a la hora de escribir.

Athman Charles, por su tremendo apoyo siempre y por sus geniales iniciativas desde Athnecdotario incoherente.

Álvaro Fuentes, mi agente, por aguantarme desde hace más de dos años mis dudas, mis miedos, mis paranoias. Gracias por acompañarme en esta aventura, sabes que era mi sueño y ya formas parte de él.

José Miguel Rodríguez, tu consejo me animó a lanzarme al vacío y todo salió muy bien. Te debo mucho y lo sabes.

A fieles seguidores como Akinha Cano Medina, Pilar Hijar, Tony Jiménez, Iván Aguilera, Carlos JackWinchester, Luis Joel Cortez y su famoso blog All zombies (¡viva México, cabrones!), Javier Arnau, Cristina Jimeno, Arantxa Utrilla, Joaquín Rodríguez, Inflikted, Marta Retana, Miriam del Sol, Dioni Redondo, José Miguel Llorente, José Luis Llorente y tantos que es imposible nombrarles a todos.

Agradecer también al gran Alejandro Colucci por este pedazo de portada y a mi editor, Jorge Iván Argiz, por confiar en mí y en el libro.

A Daniel Expósito por esa tremenda ilustración promocional de la novela y por su implicación en el proyecto.

A Abraham Febrer por rescatarme en un momento muy delicado en mi vida y depositar su total confianza en mí.

A David López Esteban, de Multicopia Madrid S.L, por su paciencia a la hora de imprimir los más de trescientos folios que componían la novela y encuadernarlos (unas cuantas veces). ¡Te prometí que irías en los agradecimientos y aquí estás!

Y en definitiva, a todo aquel que de una manera u otra me ha apoyado o seguido en esta inolvidable andadura literaria.

Y por supuesto, a ti, lector, que ahora mismo cerrarás mi novela y por tu mente pasarán las imágenes descritas entre sus páginas. Espero y deseo de corazón que te haya gustado; desde luego, me he dejado el alma en ella. Ya formas parte de mi sueño. Gracias.

PD: Aunque va en contra de mi forma de pensar, he de nombrar a esa indefinida «personita» que crece en estos momentos en el vientre de mi mujer. Deseadnos suerte…

Alfonso Zamora Llorente