La reconciliación no es cosa fácil.

Al igual que el tono de una llamada en espera resonando en tu cerebro, la perspectiva de reconciliarte con un ex requiere, a menudo, dejar en espera a tu ira, tu decepción, y a veces incluso tu buen juicio, para atender a la llamada del corazón. Que ésta sea la persona correcta o un número equivocado es difícil de saber si no descuelgas.