La Carta de la Tierra es una declaración de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI. La Carta busca inspirar en todos las personas un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad compartida para el bienestar de toda la familia humana, de la gran comunidad de vida y de las futuras generaciones. La Carta es una visión de esperanza y un llamado a la acción.
La Carta de la Tierra se preocupa especialmente por la transición hacia estilos de vida sostenibles y el desarrollo humano sostenible. La integridad ecológica es uno de sus temas principales. Sin embargo, la Carta reconoce que los objetivos de la protección ecológica, la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico equitativo, el respecto a los derechos humanos, la democracia y la paz son interdependientes e indivisibles. Por consiguiente, el documento ofrece un nuevo marco ético integral inclusivo para guiar la transición hacia un futuro sostenible.
La Carta es el producto de un diálogo intercultural que se llevó a cabo durante una década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común y valores compartidos. El proyecto de la Carta de la Tierra comenzó como una iniciativa de las Naciones Unidas, pero se desarrolló y finalizó como una iniciativa de la sociedad civil. En el año 2000, se concluyó el documento y la Comisión de la Carta de la Tierra, una entidad internacional independiente, la dio a conocer públicamente como una carta de los pueblos, durante una ceremonia el 29 de junio en el Palacio de Paz, en la Haya, Holanda.
La redacción de la Carta de la Tierra abarcó el proceso más inclusivo y participativo que se haya efectuado jamás en torno a la creación de una declaración internacional. Este proceso es precisamente la fuente de su legitimidad como marco ético rector. La legitimidad del documento se ha fortalecido aún más mediante el respaldo obtenido de más de 6,000 organizaciones, lo que incluye a diversos organismos gubernamentales e internacionales.
A la luz de esta legitimidad, una creciente cantidad de juristas internacionales reconoce que la Carta de la Tierra está adquiriendo un estatus de documento de ley blanda. Se considera que este tipo de documentos, tal como la Declaración Universal de Derechos Humanos, son moralmente vinculantes, aunque no en el plano jurídico, para los gobiernos estatales que aceptan avalarlos y adoptarlos. Por lo general, estos documentos establecen la base para el desarrollo de una ley vinculante.
En un momento en que se necesita con urgencia cambios importantes en la forma en que pensamos y vivimos, la Carta de la Tierra nos desafía a examinar nuestros valores y a escoger un rumbo mejor. En un momento en que la educación para el desarrollo sostenible se ha transformado en un elemento esencial, la Carta de la Tierra ofrece un instrumento educativo muy valioso. En un momento en que se necesitan cada vez más las alianzas internacionales de trabajo, la Carta de la Tierra nos exhorta a buscar aspectos en común en medio de nuestra diversidad y a adoptar una ética global que comparte una creciente cantidad de personas en todo el mundo
La misión de la Iniciativa de la Carta de la Tierra es participar activamente, de forma sistémica e integrada, en la presente transición hacia estilos de vida sostenibles, fundada en un marco ético compartido que incluye el respeto y el cuidado de la comunidad de vida, la integridad ecológica, los derechos humanos universales, el respeto a la diversidad, la justicia económica, la democracia y una cultura de paz.
Vislumbramos a todas las personas y organizaciones, incluyendo a la Asamblea General y a las Agencias de las Naciones Unidas, reconociendo e internalizando la esencia de la visión de la Carta de la Tierra, inculcando sus valores y principios en los esfuerzos de trabajo colaborativo para construir sociedades justas, sostenibles y pacíficas a través del mundo.
1. Incrementar el grado de consciencia en todo el mundo sobre la Carta de la Tierra y promover la comprensión de su visión ética inclusiva.
2. Buscar el reconocimiento y el aval a la Carta de la Tierra por parte de las personas, organizaciones y las Naciones Unidas.
3. Promover el uso de la Carta de la Tierra como una guía ética y la implementación de sus principios por parte de la sociedad civil, los negocios y los gobiernos.
4. Impulsar y apoyar el uso educativo de la Carta de la Tierra en escuelas, universidades, comunidades religiosas, comunidades locales y muchos otros entornos.
5. Promover el reconocimiento y el uso de la Carta de la Tierra como un documento de ley blanda.
En 1987 la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo («La Comisión Bruntland») lanzó el Informe Nuestro Futuro Común con un llamado a la necesidad de una «nueva carta/declaración universal» para establecer «nuevas normas» y guiar la transición hacia el desarrollo sostenible. (Nuestro Futuro Común, 1987).
Discusiones acerca de una Carta de la Tierra se dieron durante el proceso que llevó a La Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, pero el momento no era el adecuado para esta declaración. La Declaración de Río se convirtió en la manifiesto de consenso viable en aquel momento.
En 1994, Maurice Strong (Secretario General de la Cumbre de la Tierra) y Mikhail Gorbachev, trabajaron a través de organizaciones que ellos mismos fundaron (el Consejo de la Tierra y Cruz Verde Internacional, respectivamente), y lanzaron una iniciativa con el apoyo del Gobierno holandés para desarrollar una Carta de la Tierra como una iniciativa de la sociedad civil. Los procesos iniciales de redacción y consulta se basaron en cientos de documentos internacionales.
Una Comisión independiente de la Carta de la Tierra fue formada en1987, con el propósito de supervisar desarrollo del texto, analizar los resultados del proceso de consulta mundial y llegar a un acuerdo sobre un documento de consenso global.
En marzo de 1997 en el Foro de Rio+5, un primer borrador de la Carta de la Tierra fue lanzado como «un documento en progreso». Procesos de consulta internacional continuaron a ser estimulados.
En abril de 1999 un segundo borrador de la Carta de la Tierra fue lanzado y el proceso de consulta continuó particularmente a través de comités nacionales de la Carta de la Tierra y diálogos internacionales.
Después de varios borradores y luego de considerar las contribuciones de personas de todas las regiones del mundo, la Comisión de la Carta de la Tierra llegó a un consenso en marzo de 2000 en una reunión celebrada en las oficinas centrales de UNESCO en París.
El lanzamiento de la Carta de la Tierra se llevó a cabo el 29 de junio del 2000, durante una ceremonia en el Palacio de la Paz en La Haya.
Durante los siguientes cinco años, una campaña de apoyo atrajo a más de 2,000 organizaciones que avalaron la Carta, representando a millones de personas, incluyendo a muchas asociaciones nacionales e internacionales y eventualmente a instituciones globales como UNESCO y UICN – La Unión Mundial para la Conservación. Muchos miles de individuos también avalaron la Carta de la Tierra.
Los esfuerzos para obtener el reconocimiento formal de la Carta de la Tierra en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en el 2002, estuvieron muy cerca del éxito y dieron como resultado numerosas declaraciones públicas de apoyo por parte de líderes mundiales y jefes de estado.
La Carta de la Tierra es reconocida más y más como una declaración de consenso global que brinda un marco sobre el significado de la sustentabilidad, el reto y la visión del desarrollo sostenible y los principios por medio de los cuales el desarrollo sostenible ha de ser alcanzado. Es utilizada como base para negociaciones de paz, como documento de referencia en el desarrollo de estándares globales y códigos de ética, como recurso en procesos legislativos y de gobernabilidad, como herramienta de desarrollo comunitario, como marco educativo para el desarrollo sostenible y en muchos otros contextos. La Carta fue además una influencia importante en el Plan de Implementación de UNESCO para la Década de Educación para el Desarrollo Sostenible.
En 1987 la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo (conocida como ¨la Comisión Brundtland¨) lanzó el Informe Nuestro Futuro Común haciendo un llamado a crear ¨una nueva carta¨ para establecer ¨nuevas normas¨ que guiaran la transición hacia el desarrollo sostenible.
En el proceso que llevó al proceso de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992 se discutió la posibilidad de crear una Carta de la Tierra, sin embargo, el momento para tal declaración no era el correcto para ese entonces. La Declaración de Río se convirtió en la declaración del consenso logrado en ese momento.
En 1994, Maurice Strong (Secretario General de la Cumbre de Río) y Mikhail Gorbachev, trabajando a través de las organizaciones que ellos mismos fundaron (el Consejo de la Tierra y Green Cross International) lanzaron una iniciativa (con el apoyo del gobierno del Reino los Países Bajos) para desarrollar una Carta de la Tierra como una iniciativa de la sociedad civil. La redacción inicial y el proceso de consulta recogieron cientos de documentos internacionales.
Se formó una Comisión de la Carta de la Tierra independiente en el año 1997 con el fin de supervisar el desarrollo del texto, de analizar el resultado de un proceso de consulta global y de lograr un acuerdo de consenso global sobre el documento.
En marzo de 1997 en el Foro Río+5, un primer Borrador de Referencia de la Carta de la Tierra fue lanzado como un ¨documento en proceso¨. Se promovieron y organizaron consultas internacionales constantes. Puede encontrar aquí información sobre ¨ ¿Qué dio forma a la Carta de la Tierra?¨.
En abril del año 1999 el Borrador de Referencia II de la Carta de la Tierra fue lanzado y las consultas internacionales continúan a través de los Comités Nacionales de la Carta de la Tierra y de diálogos internacionales.
Luego de numerosos borradores y de considerar el aporte de personas de todas las regiones del mundo, la Comisión de la Carta de la Tierra logró un consenso sobre la Carta de la Tierra en marzo del 2000, en una reunión que se llevó a cabo en la sede de UNESCO en París. La Carta de la Tierra luego fue lanzada formalmente en ceremonias en el Palacio de Paz en La Haya.
Durante los siguientes cinco años, una campaña formal de aval atrajo a más de dos mil avales de organizaciones, representando a millones de personas, incluyendo numerosas asociaciones nacionales e internacionales y finalmente atrayendo a instituciones globales como UNESCO y UICN – La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Miles de individuos también avalaron la Carta de la Tierra.
Los esfuerzos para que la Carta de la Tierra fuera reconocida formalmente en la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en el 2002 estuvieron muy cercanos a ser exitosos, resultando en numerosas declaraciones de apoyo públicas de diversos líderes mundiales y jefes de estados.
La Carta de la Tierra ahora es ampliamente reconocida como declaración de consenso global sobre el significado de la sostenibilidad, el desafío y visión del desarrollo sostenible y de los principios sobre los cuales el desarrollo sostenible debe ser alcanzado. Es utilizada como base en las negociaciones de paz, como documento de referencia en el desarrollo de estándares globales de códigos y ética, como recurso en procesos legislativos y de gobernanza, como herramienta para el desarrollo de las comunidades, como marco educativo para el desarrollo sostenible y en muchos otros contextos. La Carta también fue una influencia importante en el Plan de Implementación de UNESCO de la Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible.