¿Has empezado a escuchar una respiración sobre tu hombro?
Quizá alguien esté leyendo este folletín al mismo tiempo que tú.
Pero que eso no te detenga, valiente lector, pues hemos llegado
a la parte donde todas tus preguntas encontrarán su respuesta, incluido el misterio de mi identidad.
Quizá tu idea del universo cambie. Quizá tus pesadillas ya no te parezcan tan inofensivas al despertar. Quizá no puedas volver
a mirarte en un espejo con la misma tranquilidad.
Pero te aseguro una cosa: por cinco centavos, nadie te ofrecerá más.
«Pensó que tal vez llevaba siglos o milenios cayendo por aquel pozo, aunque si así era, nada importaba entonces, y bien podía dormir un poco mientras seguía despeñándose. Pero de pronto, apenas había empezado a roncar, ¡cataplum!, chocó contra algo duro y frío.»