AGRADECIMIENTOS

Gracias a Emer Martin, por leer uno de los primeros borradores de esta novela y dar muchos ánimos y hacer críticas pertinentes.

A Robin Robertson, por no perder la fe en la trayectoria de este libro, más complicada que aquellas a las que ambos nos hemos ido acostumbrando a lo largo de los años.

A Katherine Fry, por su gran sabiduría y su increíble ojo clínico.

A toda la gente de los equipos de publicidad, derechos, ventas y marketing de Random House UK, que me han dado un apoyo fenomenal a lo largo de los años.

A Tam Crawford, por lograr que Ally y yo nos troncháramos de risa en el Cenny con sus relatos sobre pechos y periquitos.

A Kenny McMillan, el «bolsomán» originario.

A John Baird por su ayuda con el dialecto de Aberdeen.

A Trevor Engleson, de Underground Management, y Alex, Elan, Jack y a todo el mundo en CAA por apoyarme en Hollywood, y a Greg y Laura en Independent Talent por representarme en el Reino Unido.

A mis amigos y familiares en las estupendas ciudades de Edimburgo, Londres, Dublín, Chicago, Miami, Sidney y Los Ángeles. Me mantenéis en danza. De verdad es culpa vuestra.

Necesito y quiero darle las gracias a mi amigo el difunto Davie Bryce, del Calton Athletic Recovery Group de Glasgow. Puede que este hombre tan edificante ya no esté entre nosotros, pero a él se debe que tanta gente que de lo contrario no estaría, tenga ahora una vida que vivir.

Pero, ante todo, debo gratitud más allá de las palabras a Beth, por todo su amor.

IRVINE WELSH

Chicago, octubre de 2011