Para 8 personas
¿Dónde está la carne?
Masa
1 cucharadita o medio paquete de levadura en polvo
450 g de harina
1 cucharadita de sal kosher
125 ml de aceite de oliva virgen extra más un poco de aceite para rociar
Ingredientes
2 cucharadas soperas de pesto sal kosher
450 g de mozzarella fresca en rodajas finas
5 tomates de pera en rodajas
60 g de queso parmesano
Para hacer la masa, verter 350 ml de agua tibia en un recipiente. Espolvorear la levadura y reservar.
Mezclar la harina y la sal en otro recipiente.
Rociar con aceite la mezcla de harina y sal y mezclar a mano o con un robot de cocina a baja velocidad, hasta que la mezcla quede uniforme.
Remover también la mezcla de la levadura. Rociar con ella la de la harina y el aceite y mezclar hasta que la masa forme una bola.
Rociar con un poco de aceite de oliva un recipiente grande, limpio. Poner la masa y rociarla de aceite.
Cubrir el recipiente con un paño de cocina húmedo y dejar durante una o dos horas en un lugar a buena temperatura para que suba. También se puede cubrir con papel film y meter en el frigorífico dos días.
Antes de preparar la pizza, precalentar el horno a 260 °C.
Dividir la masa en dos mitades y guardar una de ellas (se puede congelar). Rociar con aceite sobre una fuente o una bandeja de horno.
Estirar la masa con los dedos dándole la forma deseada, presionando sobre la base. ¡Cuanto más delgada, mejor!
Extender el pesto sobre la masa y echar un poco de sal kosher.
Colocar una capa con la mitad de la mozzarella encima del pesto.
Poner encima los tomates en rodajas.
Cubrir con el resto de la mozzarella y espolvorear generosamente con parmesano.
Hornear entre ocho y once minutos o hasta que el queso se derrita y la masa se dore y empiece a ponerse marrón.