En medio del silencio se oyó una voz inesperada, sobrenatural:
«Señoras y caballeros. Silencio por favor».
Todos se sobresaltaron, se observaron unos a otros y escudriñaron las paredes. ¿Quién había hablado?
La voz continuó alta y clara
«Os acuso de los siguientes crímenes».
AGATHA CHRISTIE
Los diez negritos