Tercera parte: BLUES RADIOACTIVO

Desde el viernes rasgueo este blues,

a veces bebo, a veces no, totalmente obtuso.

Desde hace años me doy de cabeza contra la pared,

que tiene sabor salado, como mi mano.

Todo barman sabe de qué hablo,

apenas llegas a la puerta y han pasado tres días.

¿Por qué soy Pinocho y no D’Artagnan?

¿Y qué haré con mi ridículo puño americano?

D. Sergeyev,

Adaptación libre de

Fumblin’ with the blues

de Tom Waits