Cuando empecé a trabajar como escritor profesional de ciencia ficción en 1938, Astounding Science Fiction era la revista más importante de ciencia ficción, y su director, John W. Campbell, Jr., dominaba el campo como un coloso. Mi mayor ambición era figurar en sus páginas, ver mis historias incluidas en su índice, tener mi nombre deletreado en su portada.
Conseguí mi ambición, y pasaron las décadas. Aparecieron otras revistas. La preeminencia de Astounding le fue arrebatada, y su nombre cambió al de Analog. Luego John murió, un día de verano de 1971, y llegó el momento en el que tuve mi propia revista, con mi nombre en su título. De alguna forma, llegó 1980, y con él el cincuenta aniversario de Astounding. ¿Cómo podía ser eso? Aún recordaba su primer número.
Ahora el director era Stanley Schmidt, y me pidió una historia con la cual ayudara a conmemorar las Bodas de Oro de la revista. ¿Podía negarme?
Escribí La última respuesta, preguntándome si de alguna forma John Campbell no estaría discutiendo también con Dios. La historia apareció en el número de enero de 1980 de Analog. Fue también una de las tres historias de Three by Asimov, junto con ¿Intercambio justo?