Buen gusto

A finales de 1975, Alan Bechtold, que dirige una pequeña empresa editora semiprofesional a la que llama Apocalypse Press, tuvo la idea de editar una serie de historias de ciencia ficción, en edición limitada, escritas especialmente con ese fin. Al cabo de un año de su publicación, todos los derechos de esas historias revertirían de nuevo al autor.

Me sentí intrigado por la proposición y, en enero de 1976, escribí Buen gusto, que, con franqueza, me gustó enormemente. Tenía la impresión de haber conseguido elaborar en la historia un fondo social realmente fascinante. Bechtold publicó el relato, pero otros autores que habían prometido enviarle historias no lo hicieron y, desgraciadamente, el proyecto no tuvo continuidad.

De modo que, una vez hubo transcurrido el año, sometí la historia a George Scithers, para mi propia revista, que en ese momento acababa de ver la luz. Buen gusto apareció en el número de otoño de 1977 de Asimov’s.