Carácter y significado de Gogol

Gogol era un ser esencialmente contradictorio y enigmático en todos los aspectos de su carácter y reacciones, e incluso en sus más elementales sentimientos, hasta el punto de hacerse incomprensible. Esa dualidad fue notable sobre todo en el aspecto religioso, y a medida que avanzaba su vida iba haciéndose cada vez más evidente; en los últimos tiempos su espíritu oscilaba continuamente entre los pensamientos del diablo y de Cristo. A causa de su debilidad espiritual, llegó incluso a creer que percibía al diablo casi de un modo físico.

Su vida se caracterizó por un miedo casi místico a la muerte y a tener que presentarse ante el Dios justiciero; ese sentimiento, heredado de su madre, presidió toda su vida y aumentó conforme pasaban los años. Era un miedo injustificado, una melancolía, que quizá también en cierta parte se debiera a su salud enfermiza, fortalecida a partir de los 24 años, pero no por ello superada; sus enfermedades y desasosiegos eran muchas veces más imaginarios que reales. Por otra parte, carecía de dominio propio; estaba dotado de un carácter vacilante, y esto hizo que a menudo se encontrara en situaciones absurdas, ridículas y hasta humillantes. Su vida tenía toda la apariencia de una fuga de sí mismo, a pesar de que más bien rehuyó siempre toda compañía y amó la soledad. Se mantenía alejado de todo el mundo y jamás confesaba por entero sus pensamientos ni sentimientos, ni tan siquiera a su madre o a sus amigos; espíritu nada abierto, reconcentrado, prefería guardar siempre para sí algún pequeño rincón, algún secreto, por simple que fuera, porque, según él, de este modo conservaba siempre la libertad.

El prosista Gogol y el poeta Pushkin fueron los creadores del moderno idioma literario ruso, dando a sus letras la orientación nacional; crearon la conciencia de los valores espirituales de su patria, e indicaron a sus colegas el camino a seguir. Pushkin con su poesía y Gogol con la prosa de sus obras realistas fundaron la literatura nacional rusa. Gogol le dio su orientación decisiva y fecunda, sentando las bases del futuro realismo. Las obras de ese escritor a quien muchas veces rodeó un silencio hostil o que fue rechazado por su público tan injustamente, contenían el germen de la literatura rusa del futuro. Él también creó toda una serie de personajes cuyos nombres quedaron, como apelativos entre los rusos.

No obstante, es curioso que siendo Gogol el creador de la prosa rusa, del moderno idioma literario, se diera también en su lengua una contradicción íntima, como la que existía en él en tantas otras cosas. Por una parte la domina totalmente, pero por otra vacila en su sentimiento, exageradamente fino, de la lengua. Con frecuencia afirmaba que temía pecar contra ella, llegando a decir: «Mi lengua y mi estilo son tan imprecisos que en esto me quedo atrás con respecto a muchos malos escritores. Hasta un principiante o un escolar puede reírse de mi lengua. Cuando cojo la pluma, me siento como paralizado». En estas palabras podemos ver hasta qué punto le preocupaba la lengua.