[1] Como es sabido, Kipling era muy aficionado a reflejar fonéticamente las diferencias regionales de clase y mediante transcripciones fidelísimas y brillantes (a veces deliberadamente caricaturescas). Esto, que es muy frecuente en la literatura anglosajona (Faulkner, Twain, Hammett, Sillitoe, etc.) resulta imposible de reflejar fielmente en la traducción al castellano. Pues, ¿se puede hacer que un cockney hable en «cheli» o un sureño en «andaluz»? Sin duda resultaría chocante. Por otra parte, algo hay que reflejar, especialmente cuando el autor lo indica explícitamente, como ocurre al principio de este cuento, y no se nos ha ocurrido mejor forma de expresar esas diferencias que mediante el empleo de un idioma «correcto» (en este caso, cuando la señora Ashcroft habla de o con gente «bien») unas veces, y en otras con un idioma «incorrecto» o «vulgar», con leísmos, transposiciones («me se») y otras locuciones análogas. Consideramos un escollo insalvable este problema con el que tantas veces tropezamos los traductores, y que bien valdría un coloquio traductores-editores en alguna ocasión. <<
[2]… thou art truly sikh. «La pronunciación de la palabra sikh (sij) en inglés es igual a la de sick “enfermo”». <<
[3] ¿El Monte Nelson? <<
[4] De ahí la confusión de Strangwick sobre las «fieras de oficiales…». En inglés, sobre todo el «cockney» barriobajero, de donde se nos recuerda reiteradamente que procede Strangwick. Beasts of Ephesus (fieras de Efeso) suena muy parecido a Beasts of officers (fieras de oficiales). <<
[5] En el Reino Unido las becas universitarias no se conceden sólo por criterios de necesidad económica, sino que constituyen una muestra muy señalada de reconocimiento de méritos académicos durante los estudios secndarios. <<
[6] Ibid. Referencia a lord Kitchenner. Secretario de Guerra británico a la sazón. <<
[7] Así como los franceses llamaban boches a los alemanes, los británicos los calificaban de Huns, «hunos». <<