LAMENTO DE JOHN KINSELLA POR MRS. MARY MOORE

Un final sangriento y repentino,

un disparo o un dogal,

porque la Muerte, que se lleva lo que quisiera retener el hombre

deja lo que éste querría perder.

Se podría haber llevado a mi hermana,

a mis primos por docenas,

pero nada más satisfizo a la tonta

que mi querida Mary Moore.

Ninguna otra sabe lo que gusta al hombre

en la mesa o en la cama.

¿Cómo encontraré muchachas bonitas

ahora que está muerta mi vieja alcahueta?

Aunque dura para cerrar un trato,

como un viejo judío,

cerrado el trato reíamos y charlábamos

y vaciábamos muchas cubas;

¡Oh, ella sabía ciertas historias

(pero no para oídos del cura)

para mantener viva el alma de un hombre,

desterrar la vejez y las penas,

y como era vieja ponía elocuencia

en todo cuanto decía.

¿Cómo encontraré muchachas bonitas

ahora que está muerta mi vieja alcahueta?

El cura tiene un libro que dice

que a no ser por el pecado de Adán,

el jardín del Edén aún estaría allí,

y dentro de él yo.

Allí no falla ninguna esperanza

ni cesa ninguna grata costumbre,

ningún hombre envejece, ni ninguna moza se vuelve fría,

sino que los amigos pasean con sus amigos.

¿Quién por perras gordas pelea

si toma su pan de los árboles?

¿Cómo encontraré muchachas bonitas

ahora que está muerta mi vieja alcahueta?