He amado la poesía y la música,
y sin embargo por los muertos recientes
que entran en mi alma y huyen
a la confusión del lecho,
o esos engendrados o no engendrados
que se devanan en grupo,
inclino el cuerpo sobre la pala
o busco a tientas con la mano sucia.
O esos engendrados o no engendrados,
porque no quisiera recordar
a algunos que no siendo engendrados
carecen de individualidad,
sino que copian una acción,
moldeándola con polvo o arena,
inclino el cuerpo sobre la pala
o busco a tientas con la mano sucia.
Los pensamientos de un viejo fantasma son un relámpago,
seguirlos es morir;
he desterrado la poesía y la música,
pero la estupidez
de raíz, brote, flor o arcilla
no pide nada.
Inclino el cuerpo sobre la pala
o busco a tientas con la mano sucia.