Venid a mí, parnelitas,
y alabad a nuestro elegido;
levantaos un momento,
permaneced levantados,
que pronto yaceremos donde él,
que está bajo tierra;
venid y llenad esos vasos
y haced pasar la botella.
Aquí hay una razón de peso,
y tengo muchas más,
luchó contra el poder de Inglaterra
y salvó a los pobres de Irlanda,
cuanto de bueno tenga un labriego
él fue quien lo hizo posible;
y he aquí otra razón,
que Parnell amó a una muchacha.
Y he aquí una última razón,
que tenía un carácter tal
que todo el que canta canciones
a Parnell tiene en su memoria.
Y es que Parnell era orgulloso,
otro más orgulloso no hubo,
y un hombre orgulloso es encantador,
así que pasad la botella.
Los obispos y el partido
urdieron esa trágica historia,
un marido que vendiera a su mujer
y después la traicionó,
mas la historia que pervive
es la que se canta ante un vaso,
y Parnell amó a su país,
y Parnell amó a una muchacha.