(Tras la lectura de Los Diarios falsificados de Casement, del doctor Maloney)
Afirmo que Roger Casement
hizo lo que debía.
Murió en la horca,
pero eso no es novedad.
Temiendo ser vencidos
ante el tribunal del Tiempo,
hicieron una falsificación
y mancharon su buen nombre.
Un perjuro estuvo presto
a probar cierto lo falso,
que entregaron a todo el mundo,
y esto sí es novedad;
pues Spring Rice lo tuvo que susurrar
al ser su embajador,
y los oradores lo recogieron
y decenas de escritores.
Venid, Tom y Dick, venid todos
los que lo gritasteis a los cuatro vientos,
venid del falsario y su escritorio,
dejad el bando del perjuro.
Venid a decir en público
que es precisa una reparación
a este valeroso caballero
que está sepulto en cal viva.