IGLESIA Y ESTADO

Aquí hay materia nueva, poeta,

apropiada para la vejez;

el poder de la Iglesia y el Estado,

sus turbas puestas a sus pies.

Oh, pero el vino del corazón correrá puro,

el pan de la mente se hará dulce.

Eso sería una canción cobarde,

deja de caminar en sueños;

¿y si la Iglesia y el Estado

son la turba que aúlla a la puerta?

El vino correrá espeso hasta el final,

el pan sabrá agrio.