PLEGARIA PARA LA VEJEZ

Dios me guarde de esos pensamientos que piensan

en la mente solitaria los hombres;

quien canta una canción perdurable

piensa en el meollo;

de cuantas cosas hacen sabio a un viejo

que puede ser alabado por todos;

oh, ¿qué soy yo, que no debo parecer

por causa del canto un loco?

Ruego —pues la palabra de la moda ha pasado

y de nuevo vuelve la plegaria—

poder parecer, aunque muera viejo,

un hombre apasionado e insensato.