Mi Paistin Finn es mi único deseo,
y me quedo en piel y huesos,
pues todo lo que mi corazón ha recibido a cambio
es lo que puedo silbar yo solo, solo.
¡Oró, oró!
Mañana por la noche derribaré la puerta.
¿De qué sirve un hombre si está
solo, solo, con una espinilla moteada?
Quisiera beber con mi amor en las rodillas,
entre dos barriles en la taberna.
¡Oró, oró!
Mañana por la noche derribaré la puerta.
Solo, solo, nueve noches yací
entre dos arbustos bajo la lluvia;
creí que le había silbado para que ella fuera allí,
silbé, y silbé, y silbé, pero en vano.
¡Oró, oró!
Mañana por la noche derribaré la puerta.
De El cuenco de caldo
Melodía: Paistin Finn
Quisiera ser un viejo mendigo
que hace rodar un ojo ciego de perla,
pues él no puede ver a mi amada
pasar por ahí casquivana;
un mendigo sombrío y mustio
sin más amigo en la tierra
que un bellaco pícaro y ladrón,
o un mendigo ciego de nacimiento.
O cualquier cosa menos un poeta
Sin nada en el magín
más que rimas para una hermosa dama,
rimando solo en su lecho.
De La reina actriz