DOS CANCIONES REESCRITAS POR LA MELODÍA

I

Mi Paistin Finn es mi único deseo,

y me quedo en piel y huesos,

pues todo lo que mi corazón ha recibido a cambio

es lo que puedo silbar yo solo, solo.

                                      ¡Oró, oró!

Mañana por la noche derribaré la puerta.

¿De qué sirve un hombre si está

solo, solo, con una espinilla moteada?

Quisiera beber con mi amor en las rodillas,

entre dos barriles en la taberna.

                                    ¡Oró, oró!

Mañana por la noche derribaré la puerta.

Solo, solo, nueve noches yací

entre dos arbustos bajo la lluvia;

creí que le había silbado para que ella fuera allí,

silbé, y silbé, y silbé, pero en vano.

                                    ¡Oró, oró!

Mañana por la noche derribaré la puerta.

De El cuenco de caldo

Melodía: Paistin Finn

II

Quisiera ser un viejo mendigo

que hace rodar un ojo ciego de perla,

pues él no puede ver a mi amada

pasar por ahí casquivana;

un mendigo sombrío y mustio

sin más amigo en la tierra

que un bellaco pícaro y ladrón,

o un mendigo ciego de nacimiento.

O cualquier cosa menos un poeta

Sin nada en el magín

más que rimas para una hermosa dama,

rimando solo en su lecho.

De La reina actriz