SABIDURÍA

La fe verdadera se descubrió

cuando el panel pintado y la estatuaria,

los mosaicos, las vidrieras,

enmendaron lo que había sido mal contado

por un evangelista aldeano;

barrieron el serrín del suelo

de ese atareado carpintero.

El milagro tuvo su recreo donde

vestida de damasco en un asiento

de criselefantina y cedro,

su majestuosa Madre se sentó

bordando un púrpura acumulado

para que Él fuese vestido noblemente

en las torres estrelladas babilónicas

a los que no llegó el aluvión de Noé.

El rey de la Abundancia lo tuvo

de la Inocencia; y la Sabiduría, Él.

Ese cognomen sonaba mejor

teniendo en cuenta qué terrible infancia

trajo horror del pecho de Su Madre.