Dios bendiga esta torre y esta casa
y a mis herederos, si todo queda intacto,
ni mesa ni silla ni banco demasiado sencillos
para los pastorcillos de Galilea; y conceda
que en períodos del año no haga nada
y no ponga la vista en nada sino en lo que
los grandes y apasionados han usado
a lo largo de siglos variables
que tomamos como norma; mas si sueño
que Simbad el marino trajo un cofre pintado
o una imagen, de allende el Monte de la Piedra Imán,
que ese sueño sea norma; y si algún energúmeno
estropease la vista al derribar un fresno
que da sombra al camino, o al levantar una casa
proyectada en un despacho oficial, que acorte su vida,
y que se maniate su alma al fondo del Mar Rojo.