UNA CANCIÓN

Pensaba que no hacía falta

para prolongar la juventud

más que mancuernas y esgrima

con que mantener joven el cuerpo.

Oh, ¿quién pudo predecir

que el corazón envejece?

Aunque me sobran palabras,

¿qué mujer está contenta?

¿Es que ya no estoy débil

porque estoy junto a ella?

Oh, ¿quién pudo predecir

que el corazón envejece?

No he perdido el deseo

sino el corazón que tenía;

pensé que quemaría mi cuerpo

en el lecho de muerte,

pues ¿quién pudo predecir

que el corazón envejece?