Pensaba que no hacía falta
para prolongar la juventud
más que mancuernas y esgrima
con que mantener joven el cuerpo.
Oh, ¿quién pudo predecir
que el corazón envejece?
Aunque me sobran palabras,
¿qué mujer está contenta?
¿Es que ya no estoy débil
porque estoy junto a ella?
Oh, ¿quién pudo predecir
que el corazón envejece?
No he perdido el deseo
sino el corazón que tenía;
pensé que quemaría mi cuerpo
en el lecho de muerte,
pues ¿quién pudo predecir
que el corazón envejece?