LA BELLEZA VIVIENTE

MANDÉ, porque la mecha y el aceite ya se han agotado

y helados están ya los canales de la sangre,

a mi descontento corazón contentarse

con la belleza de bronce surgida de un molde,

o la que aparece en mármol deslumbrante;

lo parece, pero cuando nos vamos se va también,

más indiferente a nuestra soledad

que lo que sería una aparición. Oh, corazón, somos viejos;

la belleza viviente es para los jóvenes:

no podemos pagar su tributo de lágrimas.