SALOMÓN A SABA

Salomón cantaba a Saba,

y besaba su moreno rostro:

—Todo el tiempo desde mediodía

hemos hablado en este sitio,

y desde el mediodía sin sombras

hemos dado vueltas y vueltas

al limitado tema del amor

como un viejo caballo en un redil.

A Salomón cantó Saba,

puesta sobre sus rodillas:

—Si hubieses propuesto un tema

que agradara a los sabios,

antes de que el sol arrojara

nuestras sombras sobre el suelo

sabrías que mis ideas, no él,

son un redil limitado.

Salomón cantó a Saba,

y besó sus arábigos ojos:

—No existe hombre o mujer

bajo los cielos que ose

competir con nosotros en sapiencia,

y todo el tiempo hemos visto

que sólo el amor puede hacer

del mundo un redil limitado.