UNA CLAVÍCULA DE LIEBRE

Quisiera navegar sobre las aguas,

y adonde han ido muchos reyes,

y muchas hijas de reyes,

bajar donde los árboles y el césped,

la música de gaitas y los bailes,

y aprender que no hay nada como

cambiar de amores mientras bailo

y pagar sólo un beso por un beso.

Encontraría junto al borde de esas aguas

una clavícula de liebre

por el lamer del agua adelgazada,

y la atravesaría con la mirada, contemplando

el viejo mundo cruel en que se casan en iglesias,

y me reiría sobre las aguas apacibles

de cuantos se casan en iglesias

a través del fino hueso de una liebre.