RECUERDO DE JUVENTUD

Los momentos pasaron como un drama;

alcancé el saber que el amor otorga;

yo poseía ingenio natural,

y a pesar de lo que pude decir,

y aunque ella me alabara por lo mismo,

una nube del norte encarnizado

de pronto ocultó la luna del Amor.

Creyendo las palabras que le dije,

cómo ensalcé su cuerpo y su talento,

hasta que el orgullo encendió sus ojos,

y aligeró la vanidad su paso.

Pese a tantos elogios no pudimos

ver más que oscuridad sobre nosotros.

Nos sentamos callados como piedras,

sabiendo, aunque no pronunció palabras,

que el más perfecto amor ha de morir;

y estaríamos sin piedad deshechos

si no es porque el Amor, oyendo el grito

de un pájaro minúsculo y ridículo,

rasgó de entre el celaje su gran luna.