I
A UNA NIÑA QUE BAILA BAJO EL VIENTO

Baila ahí sobre la playa;

¿qué necesidad tienes de preocuparte

del viento o el rugido del agua?

Que se te revuelva el cabello

que las gotas saladas han bañado;

como eres joven no conoces

el triunfo del necio, ni siquiera

el amor perdido al tiempo que se alcanza,

ni al mejor jornalero muerto

y todas las gavillas por atar.

¿Qué necesidad tienes de temer

el monstruoso ulular del viento?