Cuando llegué a la Quebrada del Viento
me tiraron un penique a la gorra,
pues corro al Paraíso;
y no tengo más que quererlo
para que alguien meta la mano en el plato
y me arroje un pescado en salmuera:
y allí el rey es como el mendigo.
Mi hermano Mourteen está agotado
de zurrar a su gran patán pendenciero
y corro al Paraíso;
una vida pobre, haga él lo que haga,
aunque mantenga un perro y una escopeta,
una criada y un criado:
y allí el rey es como el mendigo.
Los pobres se han convertido en ricos,
y los ricos en pobres de nuevo,
y corro al Paraíso;
y muchos ingenios se han apagado
que movían el talón desnudo en el colegio
y ahora han llenado un viejo calcetín:
y allí el rey es como el mendigo.
El viento es viejo y juega todavía
mientras que yo debo apresurarme,
pues corro al Paraíso;
mas nunca di con un amigo
con el que me encaprichara como el viento
que nadie puede comprar o atar:
y allí el rey es como el mendigo.