Oh, corazón queda en paz, porque
ni bribón ni bobo hundir pueden
lo que no es para su aplauso
y es por causa de una mujer.
Basta con que la obra parezca,
renovando ella tu vigor,
un sueño que un león soñara
hasta que gritaran los páramos,
un secreto entre vosotros dos,
entre dos orgullosos.
¡Ah, aun así harías su alabanza!
Mas aquí hay un texto más altivo,
el laberinto de sus días
perplejos por su propia extrañeza;
y cómo lo que dio su soñar
obtuvo calumnias e ingratitud
del mismo imbécil y bobo;
sí, y de muchos peores que éstos.
Aun así, cantando en el sendero,
medio león, medio niña, ella está en paz.