Los viejos espinos pardos se parten en dos sobre la Playa de Cummen,
bajo un feroz viento negro que sopla de la izquierda;
nuestro valor se rompe como un viejo árbol bajo un viento negro y muere,
pero hemos escondido en nuestros corazones la llama a los ojos
de Cathleen, la hija de Houlihan.
El viento ha arrebujado las nubes sobre Knocknarea,
y arrojado el trueno sobre las piedras a pesar de lo que diga Maeve.
Iras que son como ruidosas nubes han puesto a latir nuestros corazones;
pero todos nos hemos inclinado y besado los silenciosos pies
de Cathleen, la hija de Houlihan.
La laguna amarilla se ha desbordado sobre Clooth-na-Bare,
pues los vientos que traen agua soplan sobre el denso aire;
como una intensa crecida, nuestros cuerpos y nuestra sangre;
pero más pura que un alto cirio ante la Santa Cruz
es Cathleen, la hija de Houlihan.