He bebido cerveza en Tír na nÓg
y lloro porque conozco ya todo;
he sido un avellano, y me colgaron
la Estrella Polar y la Osa Mayor
en mis hojas en tiempos muy remotos;
fui un junco que pisan los caballos
y un hombre, enemigo de los vientos,
que sólo sabe algo con certeza;
que su cabeza no ha de reposar
en el pecho, ni su boca en el cabello
de la mujer que él ama, hasta que muera.
Bestias salvajes y aves, ¿cómo puedo
sufrir vuestros reclamos amorosos?