EL AMANTE HABLA A LAS OYENTES DE SUS CANCIONES EN TIEMPOS VENIDEROS

Oh, mujeres arrodilladas en comulgatorios lejanos,

cuando las canciones que hice para mi amada oculten la oración

y el humo de este corazón muerto se eleve por el aire violáceo

y se sobreponga al humo del incienso y la mirra,

inclinaos y rezad por cuantos pecados introduje en mis cantos

hasta que la Abogada de las Almas Perdidas alce la voz

y nos diga a mi amada y a mí: “No voléis más

entre la muchedumbre que se debate lastimera y penitente”.